19/Nov/2015
La pregunta de qué es un CDO, o Chief Digital Officer, cada vez es menos corriente, por suerte. Poco a poco, las empresas están empezando a instaurar en sus equipos un puesto como este. ¿Queda mucho por hacer? Claro, de hecho, es fácil jugar a adivinar qué empresas tienen un CDO en sus plantillas viendo simplemente su presencia online.
La función principal del CDO (siglas anglosajonas, por supuesto) es dirigir, planificar y controlar la transformación digital de cualquier marca. A mi me gusta pensar que es el CEO de la parte online de la compañía, el dueño real de todo lo que pasa con una empresa dentro del universo digital.
Con esto quiero decir que su figura es demasiado importante como para considerarlo un miembro más del staff. Ni mucho menos, el CDO de cualquier empresa debe tener carácter ejecutivo, alguien con poder de decisión y recursos, con posibilidades de acción. En empresas grandes, debería siempre tener por encima únicamente al gran jefe. En las de menor tamaño, igual, pero con todavía más relación entre ellos.
Esta figura, que crece cada vez más año tras año -sobre todo en Estados Unidos, señal clara de que la figura también se asentará en España- es crítica, sin importar la situación actual de la marca. Porque siempre debe haber una referencia para algo tan importante como la «parte digital» de una empresa.
– Necesitas a alguien que controle este mundo. No puedes apoyar toda la fuerza online de tu empresa en algo que no esté montado por gente que sabe. La parte digital tiene sus propias reglas, códigos, herramientas, procedimientos… Si no sabes nada de esto, la regla básica es déjaselo a alguien que sí sepa.
El Know How en esto es vital, porque implica que lleva ya un tiempo largo equivocándose. Ahórrate estos años (sí, años) confiando en una persona que ya sepa lo que no hay que hacer.
– La estrategia es clave. Esta es la gran función dentro de la misión de un CDO. Decidir los sitios a los que mirar y determinar cómo se va a llegar a ellos. Es algo muy importante como para darle el encargo a cualquiera.
– Optimizas y priorizas. Ahorras tiempo y seguro que dinero. Un CEO no puede ser el responsable de una empresa tan grande, porque el resto de tareas quedarán desatendidas. Tampoco puede serlo tu director de marketing, porque las tareas van mucho más allá.
Para elegir al CDO adecuado, deberías asegurarte de que cuente con estos requisitos:
– Experiencia. Como comentaba antes, no es este un puesto para dejárselo a cualquier miembro del equipo. Debe llevar un tiempo viviendo dentro del mundo digital, no valen reciclados para un puesto así. ¿Cuánto? No lo cuentes por años, sino por proyectos.
– Ser un estratega. Será el responsable de definir la estrategia digital de la compañía: qué mensaje queremos dar, qué objetivos nos ponemos, con qué KPI vamos a medirlos y cuáles son los canales y las acciones ideales para ello. Todo ello, adaptado al presupuesto disponible. Dentro de esto hay requisitos como el amplio conocimiento de las tendencias, por ejemplo.
– Tener perspectiva. El CDO es el que tiene que estar fuera del día a día. La rutina no cuenta para él; debe tener tiempo y capacidad para levantarse y mirar todo desde arriba, comprobar que se sigue el camino correcto y hacerse todos los días la misma pregunta: «¿Cómo podemos mejorar lo que estamos haciendo hoy?».
– Capacidad de trabajo en equipo. Debe ser un ejecutivo o directivo acostumbrado a comunicarse con su equipo. Si ellos no entienden qué quiere conseguir y cómo hay que hacerlo, nada va a funcionar. Ojo, esta parece fácil pero no lo es, sobre todo cuanto tienen cargos puestos muy arriba en un organigrama grande.
– Creatividad. Entiende por esto disrupción, valentía y frescura. Un CDO no puede ser alguien que mantenga las mismas ideas y la forma de trabajar de siempre. Busca alguien con nervio, con propuestas diferentes y que tenga el firme compromiso de querer llegar a algo que no hayas hecho hasta ahora.
¿Qué más cree que le falta a nuestro CDO perfecto?
Deja una respuesta