12/Jul/2016
Hace un tiempo estuve pensando en cursar algún MBA en una escuela de negocios. Además de ser un friki de todo lo que tenga que ver con el mundo digital, hace ya unos cuantos años que también me atrae mucho todo lo que es emprendimiento, empresas, finanzas, estrategias empresariales… En general, todo lo que hay que saber para tener muy claro qué hacer después de tener una idea.
Creía que un MBA podía ayudarme en este sentido; no lo iba a hacer para buscar trabajo ni engordar mi currículum, sino para aprender todo lo relacionado con la administración de empresas. Es decir, que la ventaja de la ‘salida profesional’ no me valía para ponerla en la balanza de pros y contras, y así ayudarme a tomar una decisión difícil.
Más allá de esto, empecé a analizar detenidamente contenidos y actividades que iba a aprender y realizar durante todos los meses que dura un MBA estándar. Había muy poco que me pareciera extraordinario, que no pudiera encontrar o hacer por mi cuenta, sin depender de una organización externa.
Al final, llegué a la conclusión de que el valor que tiene un MBA es el del prestigio del sector. Algo que se han ganado con el tiempo, y que para muchos puestos de management muchas empresas consideran todavía imprescindibles. Pero es una reputación ficticia, en el sentido de que, como el 90% de los títulos académicos, no te garantiza ni correctas aptitudes ni buenos resultados.
Es decir, que teniendo en cuenta el dinero que necesitas para cursar un MBA, la inversión se hace muy arriesgada. Y de hecho creo que cada vez es más peligrosa, porque cada vez se valora menos este y todos los títulos en general, en detrimento de otras aptitudes que, y aquí está el peligro, no se trabajan en los planes educativos, a ningún nivel. ¿Cuáles son? Aquí las tienes.
Resumiendo: que hacer un MBA no es una buena opción porque lo que te llevas cada vez compensa menos, porque el retorno del dinero (y el tiempo, ojo) que le vas a meter puede no compensar y, sobre todo, porque casi todo lo que vas a ganar a nivel de aprendizaje lo puedes conseguir por otras vías que por las que este tipo de formación te ofrece.
Allá va un puñado de opciones para compensar el no hacer un MBA, y a la vez conseguir aprender muchas de las cosas que te enseñarían en uno.
– Libros. ¿En serio necesitas que un programa de estudios te diga qué libros hay que leerse sobre estos temas? Claro que no. Cógete ejemplares de gente que haya triunfado, de gente que haya enseñado y de autores que sean expertos en materias concretas.
Es decir, no te pongas a leer muchos libros sobre finanzas en general. Cógete uno de macroeconomía, otro de planes de negocio, etc. Apunta bien, y podrás trabajar esta parte igual de bien que con una hoja donde ponga «bibliografía» dentro del plan anual del máster.
– Mentores. La charla TED de Tai Lopez iba de esto, y aún sigo dándole vueltas. Contrata a un buen profesional que pueda guiarte, y te ahorrarás un montón de errores totalmente evitables. Llámale profesor particular si quieres; en realidad debe ser un salvavidas, un punto de apoyo que te responda a «¿por dónde empiezo?».
– Formaciones especializadas. Nada de másters anuales generalistas. Cursos ultraconcretos, donde exprimir todo lo relacionado con una materia específica: una herramienta, una disciplina, el desarrollo de alguna habilidad… Aprende con pincel, no con brocha gorda. Si tienes tiempo, presencial. Sino, online, pero ten en cuenta que el segundo siempre exige más tiempo y fuerza de voluntad que el primero.
– Eventos. Ojo, no las charlas motivacionales con presentaciones llenas de frases de Paulo Coelho y fotos de sotck. Jornadas, a poder ser, de pago, con gente realmente relevante (si vienen de fuera todavía mejor) y con un programa de conferencias que realmente veas que te puede ayudar. Nada de charletas de una hora donde alguien te hable de sus errores y luego te pongas a beber cerveza.
Entiéndeme: estos eventos también valen, pero no te los tomes como formativos. El objetivo de estos debe ser el networking, algo que sí ganas al hacer un MBA, y que puedes adquirir con este tipo de jornadas.
Y tú, ¿Qué opinas sobre los MBA? ¿Crees que merece la pena pasar por uno?
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