15/Feb/2016
Cuando contratas una agencia digital debes exigirles mucho. Pero no olvides que el éxito del proyecto no depende exclusivamente de ellos. Esto no va de echarles la culpa de todo porque «eres el que pagas». Un buen cliente hace que cualquier campaña, estrategia o metodología tenga muchas más opciones de salir bien. Algo que seguro ambas partes quieren conseguir.
Sin embargo, en muchas ocasiones los clientes no son conscientes de su parte de responsabilidad, de la ayuda imprescindible que cualquier agencia, grande o pequeña, buena o mediocre, le requiere. Pues bien, aquí van algunos consejos para convertirte en el cliente perfecto y así hacer que todo sea más fácil y los resultados puedan ser todo lo satisfactorios que deseas:
1. Comprométete con tu parte. Si aseguras que vas a emplear recursos propios, cumple con con ello. No permitas que se diseñe una estrategia y un plan de trabajo contando con algo que luego no puedes cumplir.
Esto incluye tanto el destinar una persona que realmente no puede dedicar tiempo a realizar las tareas como al trabajo que requiere por tu parte y que luego no puedes terminar. Piensa que la agencia cuenta con ello, y que tu retraso significa el de todo el proyecto, y aumenta las probabilidades de que todo no salga según lo previsto.
2. Evita las frases malditas. Hay algunas expresiones y feedbacks que nunca debes darle a tu agencia digital. Son de esas sentencias que matan a cualquiera, porque o bien destrozan la inspiración creativa o porque no ayudan absolutamente nada. La crítica constructiva debe ser una de tus constantes tareas con tu partner (nada de «proveedor»). Para echarte una mano, aquí van las peores:
– «Dale una vuelta».
– «Buscaba algo más serio».
– «El jefe nunca lo aprobará».
– «Pon el logo más grande».
– «Busco algo moderno pero barato».
3. Entiende y respeta los tiempos. Si has cerrado unas fases, un timing concreto, cumple con tu parte. Que seas «el que paga» no significa, o no debería significar, que puedes destrozar la planificación cuando lo consideres oportuno. Entiende en qué momento del proyecto estás y sobre todo asegúrate de estar 100% convencido cuando das el OK a cerrar una parte concreta.
No tumbes un proyecto que está en producción porque quieres cambiar aspectos importantes de la estrategia. Sé responsable con tus decisiones. Si crees que hay que cambiarlo sí o sí, asume y respeta las posibles consecuencias: mayor presupuesto y más tiempo.
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4. Respeta la comunicación.
No convoques reuniones con 20 minutos de antelación; si algo es urgente (de verdad) no mandes un correo con el asunto en mayúsculas, llama por teléfono. Si quedáis en que vais a gestionar el proyecto por una herramienta externa (Drive, Basecamp, o la que sea) no mandes updates o archivos por email.
Evitarás que tu agencia se desgaste, que se pierda el tiempo en cosas innecesarias y que todo esté mejor organizado.
5. Unifica tu feedback. No dejes que cada miembro de tu equipo de su opinión sobre algo de manera individual, a su ritmo, sin consultar y por el canal que considere oportuno. Debate con tu equipo y envía un mensaje único, aunque esté lleno de matices. De esta forma evitarás que la información se diluya, se duplique o, lo peor de todo, se malinterprete.
6. Llamada-Email-Reunión. Entiende cuándo toca cada cosa. No mandes emails para algo que se soluciona con un telefonazo rápido; no convoques reuniones para tratar asuntos menores y evitar llamar para consultar cosas que tu agencia tiene que pensar o consultar con detenimiento.
7. Respeta el aprendizaje. Tu agencia no lo sabe todo sobre marketing digital, ni sobre tu sector. Acepta que aprenderá contigo, que su know how se ha conseguido gracias a que trabaja y evoluciona… también contigo. Comprende los errores y asume que en el mundo online cambiamos cada dos meses: tiene efectos secundarios.
¿Crees que falta algún punto? Déjame un comentario, que lo actualizamos ;)
Si algún cliente se anima a escribir la parte contraria, ¡encantado!
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