12/Sep/2013
A raíz de la charla a la que asistí esta semana en el TEDxGranVíaSalon (muy flojita, por cierto) me dio por pensar en esa sobreinformación en la que vivimos. En el evento se habló de la importancia de la selección de contenidos, sentenciando con cierta nostalgia y enfado que hay demasiada información, y que por eso estamos perdiendo calidad en la misma. Que Internet está quedando en poco más que en una caja de sastre con contenidos vagos, inconexos y desorganizados, culpando de todo ello a Google.
La posibilidad de que todo el mundo pueda decir lo que quiera sin límites de tiempo, temática o espacio, hace que todos podamos escucharle. Eso me parece fascinante. No creo que debamos temer ni rechazar el volumen histórico de información que almacenamos y digerimos cada día, al contrario. Debemos agradecerlo. Disfrutarlo.
Conocer la respuesta a nuestras dudas de manera inmediata es un privilegio que debemos cuidar y explotar al máximo. Lo único que debemos hacer es decidir qué nos interesa. Seleccionar bien a quién seguimos en Twitter, qué blogs queremos leer y cuáles son los medios de comunicación que más satisfechos nos dejan (cada vez son menos).
Esa tarea, la que ahora se llama content curation, tema principal de la conferencia pseudoTED que provoca estas líneas, es muy personal, y debería ser progresiva. El Timeline que tienes hoy no será el mismo que dentro de dos años, ni tus intereses, ni el tiempo que dedicas a Internet, al móvil, a postear en tu blog. Por eso, es cuestión de cuidar muy bien lo que queremos saber y disfrutar de tenerlo tan claro.
A mi me gusta vivir sobreinformado. ¿Y a ti?
Lamento, Jorge, que la charla no haya alcanzado las expectativas que tenías. Prometo esforzarnos en el futuro por conseguir que vuelvas a uno de nuestros eventos y superemos ampliamente esas expectativas.